Las investigadoras de Francisco Vázquez trazan la historia de la homosexualidad femenina en Occidente

Anne Lister, la primera lesbiana moderna.

 Por José García

El catedrático de la Universidad de Cádiz y presidente del Centro Iberoamericano de Estudios Sociales sobre la Sexualidad, Francisco Vázquez, cierra su recorrido historiográfico sobre los homoerotismos con una Historia de la homosexualidad femenina en Occidente, que sucede así a su genealogía del homoerotismo masculino. 

El equipo de investigadoras de Vázquez, compuesto por Victoria González Berdús, Paloma Moral de Calatrava, Fernanda Molina, Isabel Clúa y María Inmaculada Naranjo Ruiz, nos traza un recorrido de la experiencia, las subculturas y los discursos imperantes en torno al lesbianismo desde la Safo de la Grecia Clásica hasta las LSD, grupo activista del Madrid de finales del siglo XX, pasando por las tríbadas de la Edad Media, entre otros exponentes de la realidad de mujeres que amaron a otras mujeres a lo largo de la Historia.

Vázquez y sus investigadoras nos muestran los cinco paradigmas de la lesbohistoria ya perfilados por Marta Vicinus en 2012: en primer lugar, el paradigma del continuum lesbiano esbozado por la escritora norteamericana Adrienne Rich, que postulaba la existencia de una realidad lesbiana transhistórica; el segundo lugar, el paradigma socialconstruccionista, que cuestiona el uso de la categoría "lesbianismo" para definir toda experiencia homoerótica del pasado; a continuación, comparece el paradigma de la teoría queer, que pone en tela de juicio la categoría de identidad e impone el concepto de "performatividad"; le sigue el paradigma de los transgender estudies, inicialmente vinculados a la teoría queer hasta adquirir su propia autonomía académica; y, finalmente, nos encontarmos con el paradigma de las investigaciones complejas, que enfatiza la multiplicidad de identidades no heteronormativas.

A tenor de esta profusa investigación, la existencia de la subjetividad lesbiana se fragua en el siglo XIX, comenzando por las amistades románticas y los matrimonios bostonianos, alcanzando su punto álgido en las subculturas lésbicas que emergen en Alemania durante la República de Weimar y, de manera definitiva, tras la revuelta de Stonewall, en Nueva York.

La investigación reconoce que, si bien los códigos penales contemporáneos que criminalizaban las relaciones homosexuales apenas prestaron atención al lesbianismo, la psiquiatría coaligada con la institución familiar, la escuela y la disciplina religiosa y laboral se han hecho cargo durante décadas de estigmatizar, culpabilizar y hacer sufrir a las mujeres con preferencias homoeróticas.

Un trabajo impecable que ha bregado a contracorriente de la inexistencia de 'escrituras del yo' en el ámbito hispano, pero que arroja nuevas luces sobre un aspecto a menudo olvidado por la historiografía LGTBIQ+.


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